26 de septiembre de 2009

Último Tramo

Con Celeste se había esforzado, como nunca antes, pero igualmente no pudo evitar que se fuera. Por esos días, en lo mejor de la relación, ella le planteó la necesitad de irse a vivir algunos meses en Londres. Buscaba perfeccionar su idioma para progresar profesionalmente.

Celeste era la responsable de recursos humanos de una empresa multinacional. Le gustaba mucho lo que hacía, tanto que cuando tuvo que elegir su futuro, no dudó en viajar y decidió dejarlo. Cuando le hizo saber que su profesión era su vida, Juan no la comprendió.

El creía que solo era la forma de ganársela, pero ni siquiera se lo dijo.

Sintió que seguir juntos no valía más la pena y no hizo nada por retenerla.

Creyó tener una extraña sensación de dolor y a la vez serenidad, porque sabía que solo iba a sentirse bien.

Le gustaba estar en su casa y darse gustos simples, que valoraba como momentos únicos, preparaba ricos manjares y probaba de buenos vinos, mientras escuchaba a U2 o algo de ese estilo. Después se recostaba en su sillón preferido y encendía un pucho, mientras miraba alguna película que volvía a pasar en la televisión. Eran sensaciones mágicas, que disfrutaba enormemente. A veces escribía por horas, sentado en su computadora, allá al fondo en el escritorio. Algunas tardes leía sentado al sol en el balcón húmedo cerca de la pileta en forma de L. No soportaba los ruidos ni la gente inquieta, que no puede detenerse ni un momento para disfrutar de lo simple y bueno de la vida. Trataba de mejorar sus sentidos y con su entorno vivir en armonía propia. De vez en cuando salía con algunos amigos y se divertía de verdad.

Pero era muy quieto y solitario y no sabía como mantener vivas las relaciones con el tiempo que para el pasa tan despacio.

Esa mañana cuando Celeste cerró la puerta y lo abandonó, le mostró sin querer, lo que el necesitaba saber.
No había que estar con alguien para ser feliz y alegre, eso era una gran mentira. Se dio cuenta que nunca alguien iba a quererlo como el se quería. Y se propuso pasar el último tramo de su existencia tratando de complacerse de la mejor manera posible.

Porque todo pasa demasiado rápido y no nos queda mucho tiempo.

Esa era la única verdad absoluta en la vida.



1 comentario:

  1. "todo pasa demasiado rápido y no nos queda mucho tiempo"

    me acuerdo de cuando escribisteb eso..jaja
    me encanta..

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