23 de octubre de 2010

Escondida y Distinta

Sabes de qué hablo. Ella llega, saluda, tiene esa manera graciosa de cruzar las piernas, usa aquellos zapatos. Cuanto saca los lentes, observas un poco más y tenes la impresión de que la conoces de algún otro lugar, una amiga de la primaria talvez, o quien sabe una personaje de una película antigua, aquella película. No logras grabar los nombres.
Si reparas bien, veras que los ojos son bonitos, de un formato que nunca antes llegaste a ver en otros rostros. Talvez no combinan con la nariz, que no es feo, pero que se escapa un poco del contexto propuesto por los ojos, y digamos que la boca, que no es fea, se hizo sin magia en comparación a esos ojos tan hermosos y esa nariz despropositada.
En situaciones livianas, pensarías “ella es casi linda”. En situaciones con cierta gravedad, dirías “ella tiene una figura bastante especial”. Si fuera fea, no estarías así, pensando en ella u observando su manera de cruzar las pernas. Ella es bonita, pero tiene aquella manera de reírse, algo polémico, y aquella manera de caminar, demasiado rápida, y quien sabe si no tuviera esa manía de esconder los propios ojos detrás de tan extraños lentes.
Admítalo, sabes muy bien de que estoy hablando. Crees que no lo sé? Te despertas distinto todos los días, te sentiste solitario, frágil. Tropezaste distintas veces en distintos objetos, olvidaste algo muy importante y sentiste la falta de alguien para calentar tus manos. Las chicas que conoces son demasiado amigas o demasiado pretendientes y queres a alguien distante, que te mire de una manera particular, que te deje comodo, contente, triste. De preferencia alguien a quien aún no ames para que puedas hablar abiertamente sobre tu teoría de amor latente, amor que ya habita algún determinado espacio y que apenas no fue direccionado a un objetivo especifico. Amor que ya existe y no encontras con quien dividirlo.
Podría ser esa chica, si ella no se comiera las uñas. Si ella no se tiñera el pelo de ese color. Si tuvieras coraje. Te pones a pensar y no tenes nada que ver con ella.
El libro que ella ama, no lo leíste. La película que le encanta, no la viste. Ella tan peculiarmente interesante y vos ahí dibujando muros. No tenes idea de como acercarse a ella, ya que es tan indiferente y vos igual a todos. Justo a vos pasa eso, vos que siempre creíste divertido ser tan malo. Vos que ni siempre tan calmo, pero nunca tan preocupado.
Ni todo le cae bien, es un riesgo que se asume, lo importante es no eludir a nadie. Igual, todos los inconvenientes están a favor de ustedes, diferencias siempre las hay, pero nunca mayores que su propio valor. Y si ella no te asustará tanto hasta el hecho de que ella se parece demasiado con tu mundo, medio bonito. Medio anticuado. Media estación.


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