Solamente

Vagaba perdido por las calles y por lo pensamientos durante muchas horas. Quería lo que no tenia y quería cambiar lo que tenia. Despistado en sueños locos, pensamientos e ilusiones, no caminaba, pero flotaba entre las otras personas, sin crear raíces, sin encontrar un lugar para reconocer como suyo.

A veces hacía reír, a veces lloraba bajito. Atravesando avenidas con las manos en los  bolsillos, creaba poesías y canciones, cartas de amor y desahogos, todo adentro de su cabeza, en páginas imaginarias que formaban libros exitosos. Y, claro, pensaba en la vida. En los amores, en el futuro, en los problemas del presente y en el libro que quería comprar. A cada hora quería algo, a cada día tenia un nuevo sueño. Cada día tenía un color, cada hora tenia un amor. No era nadie, era todos al mismo tiempo.

No andaba, flotaba impulsado por el viento de sus pasiones, de sus ideas. No se prendía a lugar alguno, a sueño alguno, a vida alguna. Hasta, claro sentar en la computadora y empezar a escribir. Allá estaban sus raíces. Allá, dejaba de ser nadie, dejaba de ser todos, para tornarse apenas uno: solamente y para siempre el.