Mi dedo
apunta la mentira que soy. Pero sigo sonriendo porque mi alma nació para ser
quemada hasta el final.
Y si pienso
en huir, más expongo mi interior, mi lado B, mi lado desnudo, crudo y sin
pudor.
Si miento, – y miento todo el tiempo – es para amordazar
la realidad que me hiere cuando abro los ojos.
Desaprendí
la moral. La dejé al atravesar los
umbrales que pasé para llegar hasta acá.
La muerte
de la lógica es la única que me importa. Es ella, un funeral de neon.
Al resto,
quemar hasta el final:
Apocatástasis!
No hay comentarios:
Publicar un comentario