Si te rescato es
con lengua tibia. Mi grito, que es seco, no te alcanza. Una vez más escupiendo
ese romance recalentado, desgarrado, desmenuzado, predestinado a la sabana
sucia del telo. Des-romántico, casi te digo que no, que te vayas, que golpees
la puerta de mierda, y que el diablo te lleve y que nunca te vuelva a traer.
Ganas insanas de
tirar la colilla del cigarrillo prendido en tu ojo izquierdo o arrancar un
pedazo de tu labio inmenso, no se, cualquier cosa, pero no. Respiro, respiro,
mirando bien en lo profundo de tus ojos que se imponen en el cruce con los
míos.
Y solo entonces
abrir la boca para decir el si. Mi si de Augusto al revés, mi si de distraído.
A media luz te acepto pues ya no me queda otra. Y es en el cielo de tu boca que
despejo mi desprecio, arrojando ese asco por tus rojas encías. Si te rescato es
con la lengua tibia. Estuprando tus sentidos mientras sangro sin final.
Pues yo,
(des)romántico, tengo una solo un momento (breve) en mi distracción.
Esto me gusta mas!
ResponderEliminar